Deambular hasta cansarse, prometer volver uno y otro día hasta que como yo te vuelves adicta, visitar todas sus exposiciones, asistir a sus charlas, creer que ya lo has visto todo.
Redescubrir un rincón, eso es el Prado. Tiene magia, su valor es incalculable, cuando sales, crees en un mundo que te atrapa entre sus paredes y a pesar del cansancio, siempre te quedas un rato mas.
Luego al salir comentas todo lo que has visto, saboreado y ya preparas otra visita.